A balón parado.
Salíamos al campo de Iparralde conociendo que nuestro rival más próximo, el Bizkerre había perdido contra el último clasificado el Zazpi Landa.
En la alineación inicial no se contaba con la presencia de Iñigo, por su falta de puntualidad en la asistencia a la convocatoria. Ello trastocó los planes establecidos, con lo que Luis tuvo que volver al eje de la zaga, en un partido que su presencia junto a Alavaro Berincua en el medio del campo era fundamental. Así las cosas este puesto lo debió ocupar Gabri, pero no ha estado lo acertado que habitualmente nos tiene acostumbrados.
El partido fue arbitrado por el Sr. Lekue, antiguo árbitro de de Primera División, quien estuvo correcto, salvo la duda sobre el segundo gol local, y sobre todo muy didáctico con los jugadores.
Así las cosas, iniciamos el partido con un cierto nivel logrando ponernos en ventaja en el marcador por medio de la trasformación de un penalti realizado sobre Alejandro, que tiró magistralmente Gerardo.
A partir de aquí comenzó el relajo del medio del campo, en el que Berincua no lograba repartir el juego, debido a un marcaje táctico especialmente diseñado para bloquear nuestro juego. Hay entrenadores contrarios que nos vienen a espiar.
Tuvimos alguna oportunidad, pero los palos y la falta de fluidez impedían consolidar el resultado. En el despropósito llegó el primer gol del Basurto, en el que un jugador del equipo contrario logró sacar de su posición de central a Luis, llevándoselo a la banda, sin que nadie cubriera su posición. El centro por alto que logro sacar el jugador verdinegro fue rematado impecablemente de cabeza por un compañero, sin que nuestro portero Antón pudiera hacer nada,
Los de Basurto se metían en el partido, corrían y peleaban cada balón mientras que nosotros carecíamos de juego y además los rebotes siempre les favorecían. Esto siempre es un síntoma de que algo no funciona bien.
En una nueva pérdida de balón en medio campo, nos cogieron a contrapié y tras una buena jugada, tal vez en fuera de juego, marcaron el segundo gol. En el vestuario debió haber una buena filípica sobre la actitud demostrada. Iñigo “El Tardón” ocupó su posición con lo que Luis subió al medio del campo para ayudar a Berincua. Tampoco logramos mejorar. Seguíamos con un juego insulso y en trance de peligro mortal, si no llega a ser por la espléndida actuación de Antón, tanto en los saques de corner como en salidas de su estilo. En el inicio se cambió a Alejandro por Edu y a Joao, poco acertado, por Topo Sacristán.
La estrategia a balón parado, que ya nos había proporcionado alguna ocasión, dio sus resultados cuando Suquí, a falta de 8 minutos logró poner un balón endemoniado que fue despejado con la mano por uno de los defensores, que fue amonestado tras la señalización del justo penalti. Gerardo marcó espléndidamente el gol del empate.
Faltando cuatro minutos, Berincua, que estaba un poco más libre, recogió un balón casi en el medio del campo y desde cinco metros fuera del área se atrevió a disparar, con la buena suerte que el portero local se la comió. Salió al campo Mikel por Gonzalo Ispizua que había recibido un golpe en el gemelo
Ya en el tiempo de descuento un nuevo saque de falta por parte de Suqui llegó a poder de Topo, quien introdujo la bola en la portería, no se sabe cómo. Los movimientos de estrategia en el interior del área, con nuestras torres en movimiento, generan oportunidades para otros jugadores como ha sido este caso.
Pitido final, expectación en las gradas en las que había jugadores del Askartza y del Indautxu. Muy mal partido de los colegiales, pero con un fenomenal resultado que nos consolida, aún con mayor ventaja sobre nuestros perseguidores, en la segunda posición, que da derecho al ascenso.
Este Jueves, de madrugada la concentración, ya que el partido se inicia a las nueve de la mañana, recibimos al líder Indautxu para cumplir la jornada aplazada por el viento. Saldremos enchufados, pero con ganas de jugar al fútbol ya que un triunfo nos daría la oportunidad de luchar claramente por el campeonato, pero una derrota no supondría nada en nuestras aspiraciones.
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