GRAN PARTIDO EN MAÑANA PRIMAVERAL
La estupenda mañana primaveral del domingo, casi veraniega, pasó factura a los dos equipos que deleitaron al público asistente al campo del Basurto. Y es que tanto el equipo local como el visitante lo dieron todo para no acabar el encuentro en tablas; pero, a decir verdad, fue el resultado justo, habida cuenta del número de oportunidades por uno y otro lado.
Comenzó el encuentro con diez minutos de retraso debido al partido previo del Basurto senior y, casi sin calentar, comenzó la contienda con un sol de justicia a las dos menos veinte de la tarde. Esta premura y la falta de preparación propició el primer y único gol de la primera parte. En la primera jugada del Basurto por la banda derecha, un centro al punto de penalti, lo alcanza Arrien sin dificultad pero, al caer, el balón se le escurre de las manos y queda justo a los pies del delantero izquierdo que marca a placer.
El planteamiento del encuentro a cargo de los colegiales estaba enfocado en contrarrestar su potencial ofensivo. Sabíamos que los dos extremos rapidísimos y las entradas desde la segunda línea de los interiores nos traería dificultades. La victoria en Gaztelueta se fraguó con esta actitud defensiva, pero el error inicial en Bilbao nos trastocó el planteamiento.
Mikel, Jon Hernández, Luis y Gonzalo se mostraron muy sólidos, pero no lográbamos poner en apuros la portería local.
En la segunda parte, cambiamos el 4-3-3 por un 4-4-2, reforzando el medio del campo para contener la segunda línea del Basurto e incluyendo a Mikel para que su potencial ofensivo se notara. Y así sucedió. La primera arrancada del capitán avisó del peligro de sus entradas en velocidad desde el centro del campo. Pero fue Jon Hernández quien puso las tablas en el luminoso tras un buen lanzamiento de falta de Alfonso, que el central del Gaztelueta remató con una gran e imparable bolea.
A partir de aquí los visitantes se crecieron y comenzaron a practicar su mejor juego. El Basurto intentaba una y otra vez el contragolpe con balones largos a los extremos y en una de esas jugadas llegó el segundo gol de los locales.
Cuando las dimensiones del campo y el sol de la tarde se notaban en el físico de los jugadores, Mikel puso las tablas nuevamente en un golazo marca de la casa: regate, pared con Dani, otro regate y, ante la salida del portero, cruza el balón lejos de su alcance.
El partido se volvió loco y los dos equipos fueron a por la victoria. Las ocasiones fueron mucho más claras para los visitantes, pero el balón no quiso entrar. Dani tuvo la primera, pero cuando iba a chutar se entretuvo en acomodarse el balón demasiado. Borja tuvo tres muy claras ante el portero, pero no tuvo su día. Pero la ocasión más crucial la tuvo Jon Alonso que, tras regatear al portero, queda un poco desequilibrado y a portería vacía manda el balón lamiendo el palo izquierdo.
También Angel tuvo que lucirse en un par de ocasiones del Basurto. Lo cierto es que los dos porteros estuvieron muy centrados en la segunda mitad.
Sea como fuere, un gran partido, de mucho desgaste y que dejó un buen sabor de boca a una grada agradecida por el esfuerzo de los chicos.
GAZTELUETA 3 ASTRABUDUA 3
UN GRAN GAZTELUETA CADETE
Fantástica primera parte disputada en Gaztelueta entre los cadetes colegiales y los del Astrabudua. Sobre el terreno de juego había mucho más tensión de la deseada. Demasiada. Los de Astrabu venían con la obligación de la victoria para reforzar su posición en lo alto de la clasificación, pero no estaban mentalmente preparados para que los amarillos se lo pusieran difícil. Esta sensación era la que se vivía en la grada y en los banquillos, pero muy pronto se proyectó sobre el campo de hierba.
Mientras los locales jugaban al fútbol y buscaban competir como siempre, con elegancia, sin juego duro, sin faltas y trabajándose cada jugada en búsqueda de la alegría de la grada, a los visitantes se les veía un poco pasados de revoluciones.
A los quince minutos se adelantaba el Astrabu en un contragolpe letal por la izquierda que culminó el extremo con un tiro cruzado imparable al ángulo contrario. El gol hacía presagiar un partido más cómodo de lo que presumían.
Los de Gaztelueta procuraban mimar la bola e hilvanar jugadas de mucho mérito, cortadas en numerosas ocasiones con demasiada contundencia por los visitantes. En una de esas entradas, Stefan protestó la dureza de la entrada enseñando su pierna al árbitro y, en la reiteración, se ganó la primera y única cartulina amarilla de los locales. Los chicos vieron que el colegiado iba a cortar cualquier protesta por lo sano y se quedaron con la lección. Al menos los de casa.
Poco después, una entrada a Jaime en el centro del campo, junto al banquillo local, es rematada por Alex a gol, subiendo el tanto del empate al luminoso. Los de Astrabu protestaron el gol por fuera de juego de dos jugadores locales, pero el colegiado, bien posicionado en la línea que delimita el área, acertó al ver que Alex entraba desde la segunda línea.
Los locales se confiaron y comenzaron a jugar su mejor fútbol. Cuando el dominio local era clarísimo, llegó el segundo de los visitantes en una jugada desafortunada. Alex salta a cabeza en el centro del campo, el balón hace una parábola hacia atrás y justo, ese toque del centrocampista local, habilita la posición de fuera de juego de un delantero del Astrabu que volvía a su línea de juego. En el posterior mano a mano con Ángel marcó el segundo y demoledor gol.
Minutos después, con los locales volcados hacia la portería del Astrabu, Gonzalo recibe una pared de Jorge, acomoda con el exterior el balón hacia su derecha y lanza un disparo desde el borde del área que se clava en la misma escuadra, sin que el espigado guardameta visitante pudiera hacer nada por impedirlo.
Faltaban pocos minutos para el final de la primera parte y el partido iba subiendo de tensión. Nuevamente Gonzalo vuelve a maravillar a todos con un tiro desde el centro del campo que se clava en la portería rival en una perfecta vaselina. El buen portero del Astrabu se lesiona en la estirada y tuvo que ser substituido.
A partir de aquí se acabó el fútbol. Las revoluciones comenzaron a subir y mientras que los locales seguían a lo suyo, los del Astrabu continuaban con sus protestas y palabras subidas de tono. A punto de terminar la primera mitad, en una jugada en la que Jaime encara con descaro a la defensa rival, recibe una falta en el borde del área que el árbitro interpreta como tal. El defensa disgustado con la decisión propina una patada al jugador de Gaztelueta en el suelo y ve la tarjeta roja por agresión. En la salida del campo, con la cara totalmente desencajada, se marcha pegando patadas a todo y rompiendo hasta la cesta de los botellines del propio Astrabudua.
En la jugada siguiente, en un contragolpe calcado al primer gol, empata el partido el extremo izquierdo visitante, el jugador más peligroso del equipo.
La segunda mitad fue otra historia. Los visitantes cambiaron el 4-4-2 por un 4-3-3 y un marcaje individual de Jon a su número nueve. De este modo se lanzaron descaradamente a por el partido motivados por la superioridad numérica. Pero era muy, muy difícil jugar. El “abordaje” se hizo dueño del campo y comenzó una auténtica batalla por conseguir el gol, aunque fuera engañando al árbitro. Pero este no llegaba y los minutos pasaban. Estuvo a punto Mikel en una jugada de ésas que nunca falla: regatea a tres y se planta ante el portero pero cruza demasiado el balón y sale lamiendo el poste.
Los visitantes comenzaron a cargar contra el colegiado, y eso que no se atrevió a pitar un claro penalti del portero a Alex. En esta tesitura, no tardó mucho el árbitro en expulsar al entrenador visitante por sus continuas quejas y, posteriormente, a otro jugador del Astrabu por lo mismo. En esta nueva tesitura, los visitantes jugaban con nueve, sin entrenador y con la presión de conseguir algo más para afianzarse en la segunda plaza de la liga, subir de categoría y que el año siguiente la directiva cuente con ellos para formar parte del equipo juvenil.
¡Qué pena! ¡Qué buen partido hubiera sido! Si nosotros los mayores no aprendemos a competir, a ganar y a perder, a medir nuestras reacciones como caballeros, difícilmente podemos pedir a nuestros jugadores que mantengan un comportamiento distinto. Y esto lo vemos en demasiados campos de fútbol.
Hoy he visto al jugador del Leioa que la semana pasada tuvo que asistir a sus clases con muletas por una entrada de un jugador del Astrabu. Jaime Mattheus está mejor y le deseo una pronta recuperación para ayudar a su equipo a subir de categoría, desplegando un gran fútbol y, sobretodo, con esa palabra que hoy está tan de moda pero que cuesta asimilar: con “fairplay”.
Fantástica primera parte disputada en Gaztelueta entre los cadetes colegiales y los del Astrabudua. Sobre el terreno de juego había mucho más tensión de la deseada. Demasiada. Los de Astrabu venían con la obligación de la victoria para reforzar su posición en lo alto de la clasificación, pero no estaban mentalmente preparados para que los amarillos se lo pusieran difícil. Esta sensación era la que se vivía en la grada y en los banquillos, pero muy pronto se proyectó sobre el campo de hierba.
Mientras los locales jugaban al fútbol y buscaban competir como siempre, con elegancia, sin juego duro, sin faltas y trabajándose cada jugada en búsqueda de la alegría de la grada, a los visitantes se les veía un poco pasados de revoluciones.
A los quince minutos se adelantaba el Astrabu en un contragolpe letal por la izquierda que culminó el extremo con un tiro cruzado imparable al ángulo contrario. El gol hacía presagiar un partido más cómodo de lo que presumían.
Los de Gaztelueta procuraban mimar la bola e hilvanar jugadas de mucho mérito, cortadas en numerosas ocasiones con demasiada contundencia por los visitantes. En una de esas entradas, Stefan protestó la dureza de la entrada enseñando su pierna al árbitro y, en la reiteración, se ganó la primera y única cartulina amarilla de los locales. Los chicos vieron que el colegiado iba a cortar cualquier protesta por lo sano y se quedaron con la lección. Al menos los de casa.
Poco después, una entrada a Jaime en el centro del campo, junto al banquillo local, es rematada por Alex a gol, subiendo el tanto del empate al luminoso. Los de Astrabu protestaron el gol por fuera de juego de dos jugadores locales, pero el colegiado, bien posicionado en la línea que delimita el área, acertó al ver que Alex entraba desde la segunda línea.
Los locales se confiaron y comenzaron a jugar su mejor fútbol. Cuando el dominio local era clarísimo, llegó el segundo de los visitantes en una jugada desafortunada. Alex salta a cabeza en el centro del campo, el balón hace una parábola hacia atrás y justo, ese toque del centrocampista local, habilita la posición de fuera de juego de un delantero del Astrabu que volvía a su línea de juego. En el posterior mano a mano con Ángel marcó el segundo y demoledor gol.
Minutos después, con los locales volcados hacia la portería del Astrabu, Gonzalo recibe una pared de Jorge, acomoda con el exterior el balón hacia su derecha y lanza un disparo desde el borde del área que se clava en la misma escuadra, sin que el espigado guardameta visitante pudiera hacer nada por impedirlo.
Faltaban pocos minutos para el final de la primera parte y el partido iba subiendo de tensión. Nuevamente Gonzalo vuelve a maravillar a todos con un tiro desde el centro del campo que se clava en la portería rival en una perfecta vaselina. El buen portero del Astrabu se lesiona en la estirada y tuvo que ser substituido.
A partir de aquí se acabó el fútbol. Las revoluciones comenzaron a subir y mientras que los locales seguían a lo suyo, los del Astrabu continuaban con sus protestas y palabras subidas de tono. A punto de terminar la primera mitad, en una jugada en la que Jaime encara con descaro a la defensa rival, recibe una falta en el borde del área que el árbitro interpreta como tal. El defensa disgustado con la decisión propina una patada al jugador de Gaztelueta en el suelo y ve la tarjeta roja por agresión. En la salida del campo, con la cara totalmente desencajada, se marcha pegando patadas a todo y rompiendo hasta la cesta de los botellines del propio Astrabudua.
En la jugada siguiente, en un contragolpe calcado al primer gol, empata el partido el extremo izquierdo visitante, el jugador más peligroso del equipo.
La segunda mitad fue otra historia. Los visitantes cambiaron el 4-4-2 por un 4-3-3 y un marcaje individual de Jon a su número nueve. De este modo se lanzaron descaradamente a por el partido motivados por la superioridad numérica. Pero era muy, muy difícil jugar. El “abordaje” se hizo dueño del campo y comenzó una auténtica batalla por conseguir el gol, aunque fuera engañando al árbitro. Pero este no llegaba y los minutos pasaban. Estuvo a punto Mikel en una jugada de ésas que nunca falla: regatea a tres y se planta ante el portero pero cruza demasiado el balón y sale lamiendo el poste.
Los visitantes comenzaron a cargar contra el colegiado, y eso que no se atrevió a pitar un claro penalti del portero a Alex. En esta tesitura, no tardó mucho el árbitro en expulsar al entrenador visitante por sus continuas quejas y, posteriormente, a otro jugador del Astrabu por lo mismo. En esta nueva tesitura, los visitantes jugaban con nueve, sin entrenador y con la presión de conseguir algo más para afianzarse en la segunda plaza de la liga, subir de categoría y que el año siguiente la directiva cuente con ellos para formar parte del equipo juvenil.
¡Qué pena! ¡Qué buen partido hubiera sido! Si nosotros los mayores no aprendemos a competir, a ganar y a perder, a medir nuestras reacciones como caballeros, difícilmente podemos pedir a nuestros jugadores que mantengan un comportamiento distinto. Y esto lo vemos en demasiados campos de fútbol.
Hoy he visto al jugador del Leioa que la semana pasada tuvo que asistir a sus clases con muletas por una entrada de un jugador del Astrabu. Jaime Mattheus está mejor y le deseo una pronta recuperación para ayudar a su equipo a subir de categoría, desplegando un gran fútbol y, sobretodo, con esa palabra que hoy está tan de moda pero que cuesta asimilar: con “fairplay”.
BALMASEDA 7 GAZTELUETA 2
GOLEADA ENGAÑOSA
Preciosa mañana privameral la del sábado en Balmaseda. El partido entre el cadete de esta localidad vizcaína y el del Colegio Gaztelueta no pasará a la historia por el buen juego, pese a la cantidad de goles que se marcaron. Fue un partido con muchas alternancias donde el equipo local ganó merecidamente al salir más enfufado en los primeros compases del encuentro. Y es que a los tres minutos ya ganaba uno a cero tras una jugada en la que el señor Pinilla, colegiado del encuentro, cometió el único error del partido al no señalar una clara falta del delantero local al empujar a Jesús de la Pisa por detrás cuando éste protegía la posesión del esférico. Este error, que más tarde el colegiado comentó que quizá lo interpretó incorrectamente, supuso el gol del Balmaseda y una losa que hundió a los colegiales nada más empezar la contienda.
El ansia se apoderó de los visitantes. Las numerosas bajas habían llevado a jugadores a posiciones novedosas y a los veinte minutos el tres a cero en el luminoso era demoledor. Y ese fue el momento donde los de Gaztelueta se echaron arriba y empezaron a desplegar el mejor juego de toque. Pero los espigados jugadores del Balmaseda estaban muy bien asentados y se limitaban a cortar por lo sano las arrancadas de peligro, sobretodo a Mikel, por dos veces, y otra a Gonzalo.
Tras el descanso llegó el primer gol de Mikel de penalti, tras unas manos en el área después de un saque de esquina. Muy poco después Gonzalo de gran jugada marca un gran tanto de vaselina, coincidiendo con los mejores minutos de los visitantes. Cuando el empate a tres se veía venir, una contra ahoga a los colegiales en el cuatro a dos. Un auténtico jarro de agua fría en el momento en el que el campo se hacía cada vez más grande y no había más que un jugador de refresco debido al número de bajas.
El cambio de Jaime por Carlos no supuso un cambio de rumbo. Los visitantes al abordaje sin demasiado éxito y los locales muy cómodos a la contra, con el jugador Liviu Dandu como auténtica estrella, marcando cinco tantos muy similares en cuanto a su ejecución. El partido fue de guante blanco y el colegiado pitó solo faltas puntuales. El mayor trabajo se lo dieron las continuas protestas del entrenador local.
En definitiva, enhorabuena a los chicos del Balmaseda que se resarcieron de la derrota en Gaztelueta con un buen partido, muy serio y efectivo en ataque, mientras los de Gaztelueta acusaron demasiado las bajas de cinco jugadores con mucho peso en el equipo: Daniel, Stefan, Alfonso, Borja y Luis.
Preciosa mañana privameral la del sábado en Balmaseda. El partido entre el cadete de esta localidad vizcaína y el del Colegio Gaztelueta no pasará a la historia por el buen juego, pese a la cantidad de goles que se marcaron. Fue un partido con muchas alternancias donde el equipo local ganó merecidamente al salir más enfufado en los primeros compases del encuentro. Y es que a los tres minutos ya ganaba uno a cero tras una jugada en la que el señor Pinilla, colegiado del encuentro, cometió el único error del partido al no señalar una clara falta del delantero local al empujar a Jesús de la Pisa por detrás cuando éste protegía la posesión del esférico. Este error, que más tarde el colegiado comentó que quizá lo interpretó incorrectamente, supuso el gol del Balmaseda y una losa que hundió a los colegiales nada más empezar la contienda.
El ansia se apoderó de los visitantes. Las numerosas bajas habían llevado a jugadores a posiciones novedosas y a los veinte minutos el tres a cero en el luminoso era demoledor. Y ese fue el momento donde los de Gaztelueta se echaron arriba y empezaron a desplegar el mejor juego de toque. Pero los espigados jugadores del Balmaseda estaban muy bien asentados y se limitaban a cortar por lo sano las arrancadas de peligro, sobretodo a Mikel, por dos veces, y otra a Gonzalo.
Tras el descanso llegó el primer gol de Mikel de penalti, tras unas manos en el área después de un saque de esquina. Muy poco después Gonzalo de gran jugada marca un gran tanto de vaselina, coincidiendo con los mejores minutos de los visitantes. Cuando el empate a tres se veía venir, una contra ahoga a los colegiales en el cuatro a dos. Un auténtico jarro de agua fría en el momento en el que el campo se hacía cada vez más grande y no había más que un jugador de refresco debido al número de bajas.
El cambio de Jaime por Carlos no supuso un cambio de rumbo. Los visitantes al abordaje sin demasiado éxito y los locales muy cómodos a la contra, con el jugador Liviu Dandu como auténtica estrella, marcando cinco tantos muy similares en cuanto a su ejecución. El partido fue de guante blanco y el colegiado pitó solo faltas puntuales. El mayor trabajo se lo dieron las continuas protestas del entrenador local.
En definitiva, enhorabuena a los chicos del Balmaseda que se resarcieron de la derrota en Gaztelueta con un buen partido, muy serio y efectivo en ataque, mientras los de Gaztelueta acusaron demasiado las bajas de cinco jugadores con mucho peso en el equipo: Daniel, Stefan, Alfonso, Borja y Luis.
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