Gaztelueta 2 Arratia 3

SE NOTARON LAS BAJAS

En un fragmento del Cantar del Mio Cid se decía aquello de “qué buen vasallo si tuviera buen señor”. ¿Y a propósito de que viene este aserto? Nada más sencillo, el Arratia, un equipo de solera y noble desde hace muchos años en el fútbol, no puede permitir ciertos comportamientos dentro de su cuerpo técnico. No vale todo para ganar, para no descender. Sobretodo cuando la educación en valores positivos de un grupo de adolescentes es lo que realmente importa. Pero vamos con la crónica:
El domingo a las once de la mañana saltaba al campo el equipo local con un once revolucionario. Las cuatro bajas en la defensa obligaron a estructurar una retaguardia totalmente atípica. Esto cambios resultaron decisivos en el resultado final del partido.
En el minuto cinco Erwin no acierta a rematar con precisión frente al portero y la ocasión era propicia. No podemos seguir regalando oportunidades y la lástima es que no fue la única. Lo cierto es que en la primera ocasión que el Arratia se plantó frente a la portería de Angel cayó el primer gol. El número nueve del equipo visitante, rapidísimo deja atrás por velocidad a Guillermo Urrieta y a Luis y, ante la salida desesperado de Ángel, marca el cero a uno. El mazado fue muy grande porque el equipo amarillo estaba jugando un mejor fútbol, y en la siguiente jugada se repite la misma fórmula y el segundo tanto hunde a los de casa. Con este marcador se llegó al descanso. El entrenador local intentó que los de Gazte jugaran al fútbol y dejaran las problemáticas típicas desestabilizadoras que tanto daño hacen al buen fútbol. Pero fue del todo inútil. Los primeros compases fueron de buen juego. Fruto de esta confianza llegó el gol local en una bonita jugada, la mejor del partido, que acabó con pase desde el lateral de Mikel y remate de Alfonso entrando desde atrás.
A los diez minutos Ángel sale con el pie a por un balón fuera del área, choca con el delantero del Arratia y el colegiado interpreta falta y expulsión. Olaizola recoge los guantes y deja a la defensa en una situación todavía más precaria.
Todas las decisiones arbitrales favorecían a los del Arratia pero a éstos les parecían pocas, así que uno de sus entrenadores se dedicaba a montar el espectáculo por su cuenta metiéndose con todo el mundo terrenal y divino, llegando a paralizar el partido durante varios minutos. ¡Alguien le tendría que advertir que es un modelo para un grupo de adolescentes!
Otra jugada clave vino de una entrada en la frontal que el árbitro interpretó como falta. Claramente el jugador del Arratia se deja caer y provoca una ocasión letal de peligro. El lanzamiento de la falta acaba en penalti por manos de Guillermo. Otra vez una interpretación muy rigurosa del colegiado.
Con uno menos y el juego muy endurecido llega el gol de Erwin que ponía las cosas al rojo vivo. Con los locales volcados en el área visitante, el árbitro compensa con roja a un defensa del Arratia una falta a Erwin por impedir una ocasión manifiesta de gol.
Con tiempo para la remontada otra jugada desestabiliza la balanza a favor de los visitantes. Guillermo saca una falta y el colegiado muestra la segunda amarilla y posterior roja por no esperar el sonido del silbato. Nadie de los locales pidió pasos a pesar de que había un jugador un metro por delante del balón y la expulsión no era tal.
Las ocasiones de los de Gaztelueta no eran efectivas por culpa de la precipitación y la tensión generada. El resultado fue positivo para los visitantes que respiran en la tabla. Al final los jugadores de ambos equipos se saludaron con afecto por el despliegue físico. ¡Gran lección de los chicos a los mayores!