GAZTELUETA 1 PADURA 2

TERCER TROPIEZO CONSECUTIVO El célebre folklorista argentino Sixto Palavecino afirmaba que “el ser humano es un animal de costumbres que tiende a andar por la misma huella”. En los últimos encuentros andamos por la misma huella, o tropezamos con la misma piedra. Los quince primeros minutos fueron de un juego brillante de los de Gaztelueta. Las combinaciones entre los tres centrocampistas no daba oportunidades al Padura y los tres delanteros presionaban la salida de la primera línea de los de Arrigorriaga. El 4-3-3 planteaba un esquema valiente que daba sus frutos en los primeros compases y los visitantes no conseguían el dominio del balón; de hecho no daban dos pases seguidos con criterio y basaban su juego en el potencial físico de sus jugadores y balones largos aprovechando la velocidad de sus puntas. La primera jugada de peligro fue una escapada en velocidad que la defensa local no pudo neutralizar y supuso el primer gol del Padura. El tanto noqueó a los amarillos y el segundo no tardó en llegar. El bache es una constante. El castigo del gol noquea el mejor juego de los de casa y aplasta la calma y el toque. En la jugada siguiente Asier se lesiona y tiene que dejar las riendas del equipo. Tras diez minutos desenfocados, aturdidos y con falta de rumbo consiguieron otra vez el mando del encuentro. Como fruto de la mejora y en la mejor jugada del partido, tras más de diez toques, un rápido cambio de banda a banda culmina con un pase por encima de la defensa de Dani que Guillermo García orienta y ante la salida del portero manda de tiro raso el balón al fondo de la red. En la jugada siguiente, tras un saque de esquina, el portero se luce y el posterior lanzamiento la pelota parece atravesar la línea de gol visitante antes de que el defensa lateral alejara el peligro. El árbitro no apreció el tanto reclamado insistentemente por los jugadores locales. Antes de terminar la primera parte una escapada de Erwin termina con un lanzamiento forzado ante el meta que, en una salida valiente pero desesperada, propina al jugador una patada brutal en el pecho. El árbitro, lejano y en mala posición para advertir con claridad la pena máxima opta por la solución más fácil. Exactamente igual que en el partido de ida que le tuvo dos semanas de baja por lesión. Tras el descanso los de Gaztelueta fueron mejores. Erwin, quejoso del golpe en el pecho, pasó a la defensa para darle un poco de descanso de su posición de ariete. Gonzalo Arbulu ocupó su puesto como jugador más adelantado. El viento a favor que nos había perjudicado en la primera mitad ahora nos beneficiaba. Pero las intervenciones del guardameta visitante fueron brillantes y a la postre decidieron el encuentro. En el minuto veinticinco de la segunda parte un lanzamiento de falta de Gonzalo es rematado al fondo de la red por Juan ante la alegría local, pero el colegiado aprecia fuera de juego y el gol no sube al marcador. Tras el rosario de cambios por parte de ambos equipos el juego se vuelve más directo, pero el marcador se resistía a moverse. El equipo visitante aguantaba la posesión lo que podía arañando segundos al cronómetro. En el último suspiro Alfonso lanza el balón desde la frontal tras un magnífico pase desde la derecha y obliga al portero visitante a realizar la parada más espectacular del encuentro, que en palabras del entrenador visitante “vale una liga”. Al final del encuentro el saludo de ambos equipos puso fin a una desapacible mañana de viento y lluvia fina que no impidió que se viera buen partido de fútbol. Este nuevo tropiezo, el tercero consecutivo, nos deja una mala experiencia, pero también la sensación de estar en la línea de mejora correcta. A este entrenador le corresponde la labor de sacar la mejor lección de la derrota, que siempre comienza con la humildad de reconocer los fallos y la decisión de tratar de que no se repitan en la siguiente jornada.

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