Sus 21 años no son como los del resto. A sus espaldas acumula ya 215 encuentros con el primer equipo del Arsenal y de sus botas nace la mayor parte del caudal ofensivo del equipo. En las dos últimas temporadas él ordena, él distribuye, él conecta a sus compañeros. Y desde el martes, en la Liga de Campeones, Cesc Fábregas también manda.
"Sólo había sido capitán del Arsenal una vez, durante dos minutos en una final de la Carling Cup", comentó Fábregas poco después de servir un pase magistral de más de 30 metros a Niklas Bendtner para que el danés firmara el triunfo de su equipo ante el Dinamo de Kiev a sólo tres minutos del final. "Pero antes de eso, siempre lo fui en las categorías inferiores del Barcelona, desde los 11 a los 16 años. También en la selección sub '17. Por supuesto, no es lo mismo que serlo aquí, pero esto no resulta del todo nuevo para mí".
No soy muy bueno gritando", reconoce Fábregas. "No cambiaré mi manera de jugar ahora que soy capitán. Trataré de liderar al equipo dando ejemplo. Siempre he intentado eso en un terreno de juego, con brazalete o sin él. Y fuera del campo, intentaré seguir siendo normal, ser yo mismo.
Así tienen que ser nuestros capitanes en Gaztelueta, jugadores que den ejemplo, en las formas, en la entrega en el campo, en deportividad, en tener claro que están representando a su colegio y siendo ellos mismos, con su carácter y su personalidad.
"Sólo había sido capitán del Arsenal una vez, durante dos minutos en una final de la Carling Cup", comentó Fábregas poco después de servir un pase magistral de más de 30 metros a Niklas Bendtner para que el danés firmara el triunfo de su equipo ante el Dinamo de Kiev a sólo tres minutos del final. "Pero antes de eso, siempre lo fui en las categorías inferiores del Barcelona, desde los 11 a los 16 años. También en la selección sub '17. Por supuesto, no es lo mismo que serlo aquí, pero esto no resulta del todo nuevo para mí".
No soy muy bueno gritando", reconoce Fábregas. "No cambiaré mi manera de jugar ahora que soy capitán. Trataré de liderar al equipo dando ejemplo. Siempre he intentado eso en un terreno de juego, con brazalete o sin él. Y fuera del campo, intentaré seguir siendo normal, ser yo mismo.
Así tienen que ser nuestros capitanes en Gaztelueta, jugadores que den ejemplo, en las formas, en la entrega en el campo, en deportividad, en tener claro que están representando a su colegio y siendo ellos mismos, con su carácter y su personalidad.
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