Gran partido Espectacular el encuentro vivido en Artxanda que enfrentaban a dos equipos a los que les gusta el toque y desplegar un juego de cara a la galería. Arrancaba el partido a las siete y media de la tarde del sábado con unas condicione perfectas para la práctica del deporte rey pese a la incomodidad horaria. Los locales partían como favoritos después de las buenas sensaciones que dejaron en el colegio Gaztelueta, pero los amarillos, haciendo gala de lucha y entrega, y habiendo conseguido doce de los últimos quince puntos en juego, se lo pusieron difícil desde el pitido inicial.
Las jugadas largas, con abundancia de toques en el medio del campo eran una constante. Ambos equipos esperaban atrás haciendo gala de juego limpio y propiciando una gran presión sobre los mediocampistas, buscando, seguramente, el fallo del contrincante para lanzar peligrosas y rápidas contras contra la meta contraria. El peligro de los del Moraza venía, sobretodo, por su banda izquierda debido a la velocidad de su extremo derecho. Tras una ocasión clara de Guillermo García que sale lamiendo el poste izquierdo llegó la jugada del primer gol del partido. Ángel, en calidad de defensa lateral izquierdo, derriba al rapidísimo extremo derecho local y, tras el saque de la falta, el balón queda muerto en el área pequeña del portero, sin que ni Stefan ni Gonzalo acierten a despejarlo. La ocasión la aprovecha la delantera del Moraza para subir el uno a cero al luminoso.
Los del colegio Gaztelueta no se vinieron abajo y buscaron con más ahínco el gol. Jorge Lastra tuvo el empate con una jugada de mucha fuerza por la banda derecha, pero el gran portero local la detuvo brillantemente en lo que fue la parada del partido. Pasado el ecuador de la primera mitad Mikel coge el balón en el centro, encara a la defensa y, tras irse de tres jugadores del Moraza, lanza un chut imparable que bate el portero local haciendo inútil su estirada.
Con el empate los dos equipos se fueron al vestuario con buenas sensaciones por el esfuerzo y el juego desplegado. He de confesar que durante la primera mitad echamos mucho de menos a nuestro máximo goleador, pero como decía el famoso escritor norteamericano Hilary Hinton Ziglar, el trabajo del equipo es el vehículo para conseguir el logro y los individuos marcan goles pero es el bloque el que gana los partidos.
Tras el descanso de quince minutos, en los que se apuran las últimas órdenes de equipo y se reponen fuerzas, Patxo y Pablo entraron en el terreno de juego substituyendo a Jaime y a Ángel. Con ellos sobre el terreno de juego un nuevo cambio táctico se dibujó sobre el césped. Guillermo García, que tuvo el segundo gol en sus botas tras una vaselina que se marchó rozando el larguero, pasó a ocupar el puesto de lateral izquierdo para tapar las entradas del jugador más rápido y peligroso de los de casa. Mikel, junto a Jorge y Alfonso, pasaron a manejar el ritmo del equipo y los dos jugadores de refresco ocuparon las posiciones atacantes.
Entonces los de Gaztelueta comenzaron a controlar mucho más el encuentro en defensa y, una y otra vez, adelantaban su posición para dejar en fuera de juego a los delanteros del Moraza. El colegiado estuvo muy atento en su posición acertando en las decisiones más ajustadas. Gonzalo y Dani se mantuvieron soberbios en el centro de la defensa e incluso se lanzaron al ataque con fuerza en muchas ocasiones cubriendo sus espaldas los jugadores del medio del campo.
En una de esas arrancadas, Daniel se va en velocidad por la derecha y coloca un centro a la frontal que Patxo empalma según venía marcando un auténtico golazo.
Hasta el final se vivió la emoción. Al cabo de los ochenta minutos reglamentarios el uno a dos en el luminoso reflejaba la igualdad del encuentro.
En definitiva, buen partido de todos los chavales, sin tarjetas ni juego brusco, de guante blanco y de buen compañerismo. Hay que reseñar que es una auténtica gozada jugar contra equipos cuya labor deportiva y pedagógica está por encima de los resultados o de las promociones internas. ¡Enhorabuena a todos!
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