Gaztelueta 3 Aurrera 1

SEGUNDAS PARTES SIEMPRE FUERON BUENAS
El pentacampeón mundial de fórmula 1 Fangio decía que “siempre hay que tratar de dar el máximo para ser el mejor pero no creerse el mejor”. Y es que no es fácil ser líderes y jugar contra unos campeones de grupo que vienen con un extra de motivación para bajar los humos a los que van en cabeza. La prueba es que en los últimos partidos nos está costando mucho abrir el marcador mientras el equipo contrario está muy bien asentado en el terreno de juego.
En esta jornada de puente de San José, las bajas por vacaciones unidas a las lesiones de jugadores tan importantes como Gonzalo, Jaime, Alex y Jon Alonso, nos obligaron a comenzar con un once algo atípico y un banquillo todavía más.
Tengo mucha confianza en este equipo pero está claro que hay jugadores cuya ausencia son determinantes debido al equilibrio que aportan a las líneas claves. El viento sur parece que no sentó bien a los locales y tras un comienzo serio moviendo muy bien el balón el equipo comenzó a resentirse en la medular. Fue clave un balonazo que recibió en plena cara Dani, que le provocó una hemorragia nasal, aturdimiento y tuvo que ser retirado unos minutos. El medio del campo notó también el impacto y fruto de una contra de su rapidísimo delantero centro llegó el primer gol de pena máxima cometida por Luis.
El Aurrera estaba muy bien plantado en el campo, el entrenador corregía una y otra vez sus posiciones minentras la alternancia de oportunidades era una constante. Sin embargo la primera mitad acabó con la ventaja mínima de los de Ondarroa.
La segunda parte, como viene siendo habitual en los últimos encuentros, fue otra historia. En el vestuario el entrenador arengó a los suyos. No es fácil motivar cuando vas perdiendo y no hay mayor secreto que el conocimiento de los jugadores y la confianza total en su juego y sus posibilidades. Supongo que lo que allí se transmite no difiere mucho de lo que se puede decir en un vestuario de primera división: “tenéis que recuperar vuestro juego, tocar de banda a banda sobre todo por la derecha con Mikel para sorprender con un pase a la izquierda a Erwin, contundencia en defensa, amarrar el medio del campo, marcaje serio al delantero centro,...”
En la segunda mitad muchas de las pinceladas requeridas por el entrenador en el vestuario comenzaron a fluir. Varios pases en profundidad a la entrada de Mikel traían una y otra vez peligro por banda derecha. Dani parecía estar más recuperado de su aturdimiento y ponía balones certeros que hacían presagiar la llegada del primer gol de los de casa.
En el minuto diez de la segunda mitad un balón en profundidad hacia Erwin le colocaba en un uno contra uno ante el meta ondarrés para que pusiera las tablas en el marcador. A partir de ahí dominio local y momentos de gran juego por ambos equipos. En el minuto veinte, tras un saque de esquina, Erwin cabecea al fondo de la red y pone a los de Gaztelueta por delante. El bravo equipo visitante se vino abajo físicamente pero aún peleaba para conseguir el empate. Tras varias incursiones por el centro de nuestra defensa, el entrenador decide amarrar el resultado y colocar a Erwin en el centro de la zaga. En la siguiente jugada tras un saque de banda Alfonso se planta dentro del área y da un pase de la muerte a Mikel para que marque a placer.
Con el pitido final los jugadores se saludaron con compañerismo porque el partido fue muy disputado pero de guante blanco. Buen equipo el de Ondarroa, uno de los mejores que ha pasado por Gaztelueta, demostrando porque está luchando en liga de campeones.

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