Abadiño 3 Gaztelueta 5

No nos dormimos
El escritor brasileño Paulo Cohelo decía que “no podemos dejar que cada día parezca igual que el anterior porque todos los días son diferentes, y es por eso por lo que hay que prestar atención a todos los momentos, porque la oportunidad, el instante mágico, está a nuestro alcance”.
Este entrenador sigue confiando en su equipo como siempre, a pesar de los resultados; pero como educador no soy conformista y este sábado consideré que había llegado el momento de que alguno de los menos habituales tuvieran la oportunidad de salir desde el inicio.
A las nueve de la mañana en Abadiño hacía un frío helador. La primera parte fue muy disputada, con momentos de buen juego y mucha movilidad. Las contras del Colegio Gaztelueta eran muy peligrosas, pero el marcador no se movía. Los locales prácticamente no inquietaban la portería defendida por Ángel, pero se mostraban muy aguerridos y destacaban por una gran velocidad y disputa del balón, sobretodo por parte de sus dos delanteros.
Tras varias oportunidades desperdiciadas por los visitantes, Erwin, que reaparecía tras un mes sin jugar, abría el marcador con un contraataque letal por la banda izquierda.
El resultado a favor era muy justo y tras el descanso entraron otros tres jugadores del equipo amarillo para dar mayor frescura al equipo. A los diez minutos, Jon Alonso, que había tenido una oportunidad muy clara nada más empezar la segunda parte, se deshace de dos jugadores y ante la salida del portero pone el dos a cero en el luminoso.
El tres a cero fue una auténtica obra de arte. Guillermo García lanza una falta desde el borde del área, ligeramente escorada a la derecha, y la clava con suavidad por toda la escuadra.
Con el tres a cero llegaron los otros dos cambios en el equipo Gaztelueta. El partido parecía controlado y la reacción de los de Abadiño no parecía cercana. Sin embargo, un lanzamiento sin mucho peligro a cargo de los de casa golpea a Álvaro en la pierna izquierda y desvía la trayectoria del balón hacia el fondo de la red. El gol espoleó a los locales. Fruto de esta euforia el entrenador puso un delantero más en juego y el segundo gol llegó con una jugada embarullada que hizo temer la remontada.
Los visitantes reforzaron entonces un poco el medio del campo y el equipo lo notó presionando la zona de creación. Mediada la segunda mitad el árbitro interpreta penalti de Jorge por una mano-hombro tras un centre del Abadiño. Ángel, que estuvo realmente brillante, adivina la trayectoria y realiza dos paradones a la pena máxima y al rebote posterior.
En la jugada siguiente, con el equipo local volcado, Erwin vuelve a marcar en una rapidísima jugada personal, llevando nuevamente la tranquilidad necesaria. El dos a cinco fue obra de Mikel desde la frontal del área, justo premio a su gran trabajo.
El tres a cinco definitivo fue otro auténtico golazo. El delantero centro local coge el balón, amaga el tiro en la frontal y suelta un disparo a la media vuelta terrible que se cuela por la escuadra el que no puede hacer nada Ángel.
Buen partido, divertido para la grada, de mucha emoción y nuevamente, como viene siendo habitual, con un juego muy intenso y algo duro (Erwin y Asier acabaron lesionados), propicio para que el colegiado mostrara cinco cartulinas a los locales.

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