Crónica del Gaztelueta Infantil A contra Munabe

PARTIDO EN LA CUMBRE
Gaztelueta aterrizó en Munabe sabiendo que ganar al líder en su campo supondría darle un buen bocado a la tabla. La victoria visitante igualaría a estos dos equipazos a puntos y otorgaría la ventaja del goal-average. Luego quedaba estar pendiente de Lagun, 2º clasificado, con 1 punto menos que Munabe y 2 más que Gaztelueta.
Llegamos los primeros, antes de que saliese el sol, y nos pusimos a correr con la niebla y el rocío. Es la guerra psicológica de meterse en el partido antes que nadie. Llegan los locales, observan atónitos, tocamos balón y nos metemos en la caseta.
Y arranca el partido. Gaztelueta apuesta por una línea de tres atrás, con doble pivote defensivo por delante. Más allá tres hombres peloteros y rápidos –2 extremos puros que se encargan de toda la banda y un organizador por el medio- y dos puntas por bandera. Un sistema sólido que se asegura la presencia en la zona media y la salida por las bandas, para combatir el cerrojo de Munabe, equipo de esperar bien montados atrás para salir al contragolpe. Y lo hacen bien, tanto que comienzan adelantándose en el marcador.
Pero las oportunidades nunca le faltan al equipo que se queda el balón, y Gaztelueta voltea el marcador antes del descanso y envía un balón al palo. Los goles de Jon Aguinaco y Guillermo García son como dos martillazos en la mesa del juez. Manda Gaztelueta.
En la reanudación los locales parecen todavía más encerrados atrás, y todo hace esperar un tercer gol amarillo. Pero el asedio dura menos de lo necesario y los visitantes le quitan una marcha al partido. Munabe parece controlado, aunque el planteamiento es arriesgado. Tanto que a 10 para el final, en una escapada del punta local en la que pisa área –sin peligro en portería, se para de espaldas en un lateral- el árbitro dicta penalti. Lo meten.
10 minutos de asedio –ahora sí, todo sobre su área- sin fortuna. Nos hemos dejado dos puntos.
A modo de Posdata: Lagun cae en casa 1-3. Munabe 17 pts. Lagun 15 y Gazte 14.
Volveremos a vernos las caras.

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