Apenas llevamos 4 jornadas en cadetes y 2 en juveniles, y sin tener una bola de cristal, ya podemos ir augurando varias cosas:
El equipo Cadete va a sufrir y mucho. Contar con la mayor parte de jugadores de primer año, no tener todavía un portero sólido, estar en una categoría dura y componer una plantilla corta, son handicaps, dificilmente superables. En el otro lado de la balanza hay que poner a unos entrenadores ilusionados ante un reto complicado y a unos jugadores, de momento, con tolerancia a la frustración.
El equipo Juvenil, por el contrario ha empezado la temporada con buen pie. Debuta en la categoría más baja del fútbol vizcaíno, con una plantilla experimentada y con jugadores de calidad contrastada. A ver si mantenemos este nivel futbolístico y este grado de compromiso, mostrado hasta el momento.
De todo esto podemos concluir, que urge una mejor plantificación en el fútbol del colegio. Hay que crecer por la base, generar mayor ilusión, aumentar la exigencia en los entrenamientos y lograr una fidelidad absoluta cuando llegan las edades "malas".
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